InicioSalud y bienestar9 Consejos para mantener fresca la casa en verano

Las altas temperaturas veraniegas nos obligan en muchas ocasiones a preferir quedarnos en casa antes que soportar la infernal ola de calor que llega a todos los rincones del exterior. Sin embargo, podemos vernos fastidiados incluso en nuestro propio hogar. 

A priori, el aire acondicionado es la mejor alternativa para combatir las temperaturas más sofocantes, pero un uso excesivo puede acarrear problemas de salud como dolor de cabeza, faringitis, neumonía o contracturas musculares.  

El contraste entre la temperatura de la calle y la de la casa puede suponer una variación de hasta 15 ºC y es esta variación la que provoca resfriados o infección en la garganta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), debemos procurar que la temperatura de interiores esté por debajo de 32°C durante el día y de 24 °C por la noche.  “Esto es especialmente importante en relación con los lactantes, las personas mayores de 60 años y las personas con enfermedades crónicas”, recomienda la OMS.

Conseguir esta temperatura sin el uso del aire acondicionado es sencillo, sólo tienes que seguir estos consejos: 

1- Bajar las persianas

Esto es clave, especialmente durante las horas de más calor del día. Cerrar las ventanas y bajar las persianas para dejar la casa en penumbra es fundamental para evitar que entre el aire caliente del exterior, sobre todo, informa la OMS, aquellas orientadas al sol durante el día. La temperatura puede disminuir hasta 6º C.   

Si tienes toldos, aprovéchalos también y despliégalos para oscurecer el interior. Otro consejo es colgar cortinas aislantes térmicas que impiden el paso del calor. 

2- Echar mano del ventilador

A falta de aire, buenos son los ventiladores. Tanto los de techo como los portátiles son ideales para refrescarnos. Aparte de que son más económicos a la hora de adquirirlos que el aire acondicionado, también consumen mucha menos electricidad, algo que se nota además en la factura.   

Asimismo, al no emitir corrientes de aire frías, los ventiladores no provocan la irritación de garganta u ojos. Eso sí, el Ministerio de Sanidad advierte que los ventiladores “deben situarse a cierta distancia, no recibiendo directamente el aire en el cuerpo. Esto es especialmente importante para las personas que han de permanecer encamadas”. 

 

3- Las puertas, ¿abiertas o cerradas? 

Depende del momento. Por ejemplo, durante el día es recomendable cerrar aquellas habitaciones que apenas se frecuentan para que el aire fresco se concentre en las zonas que sí son de uso común.   

No obstante, por la noche, cuando las temperaturas descienden, es conveniente dejar todas las puertas abiertas para que la casa se refresque. 

4- Controlar tu temperatura corporal 

No solo hay que tratar de mantener nuestro hogar a una buena temperatura, la nuestra propia es todavía más importante. Por ello, es esencial hidratarnos constantemente, llevar una ropa adecuada o mojarnos las muñecas o el cuello. Son las zonas donde más se nota el pulso y desde donde bajamos nuestra temperatura corporal.  

Sanidad insta a evitar tomar bebidas sin alcohol, cafeína y azúcar, así como a ingerir comidas ligeras y más frecuentes. Por otra parte, recomienda que nos situemos siempre que podamos en la parte más fría de la casa. “Si no puede mantener fresca su vivienda, dedique dos o tres horas diarias a permanecer en un lugar fresco y acondicionado”, apunta el Ministerio. Por otro lado, la OMS recomienda duchas de agua fría o, incluso, utilizar compresas y envolturas frías. 

5- Aprovechar los extractores de calor (los que tienen los baños ciegos, por ejemplo)

Si bien su uso está destinado a eliminar el vaho del baño y el humo en la cocina, además de absorber en ambos lugares los malos olores; su funcionamiento también permite reducir el calor generado por el cocinado de alimentos o la ducha.  

6- Optar por ampolletas LED

¿Sabías que las luces incandescentes gastan un 90% de su energía en el calor que desprenden? Por eso, si aún no te has decidido, es un buen momento para cambiarte a las LED. Su ahorro energético y en la factura de la luz, entre sus muchas otras ventajas, hacen que te quedes sin excusas para no dar este paso. Asimismo, se trata de ampolletas mucho más seguras que reducen de forma notable la posibilidad de sufrir algún accidente doméstico, puesto que funcionan mediante corriente continua de baja tensión. 

 

7- Ventilar al amanecer y anochecer

Son los momentos del día donde las temperaturas están más bajas, por lo que debes aprovechar para abrir las ventanas y puertas y dejar entrar el aire fresquito del exterior para que circule y ventile toda la casa.

8- Cambiar las sábanas

La casa, al igual que nosotros, necesita un cambio de armario en verano. Es el momento de guardar hasta el invierno que viene las mantas de pelo y lana, así como las sábanas de franela y sustituirlas por unas fresquitas de algodón.

Además, es recomendable retirar las alfombras y optar por colores claros antes que los oscuros, pues estos últimos retienen más calor que los primeros al absorber más energía de luz. La OMS sugiere también no utilizar cojines porque acumulan calor. 

 

9- Usar los electrodomésticos por la noche

Si puedes, enciende los aparatos eléctricos como el lavavajillas o la lavadora durante las horas menos calurosas del día. Estos dispositivos generan mucha energía que se libera en forma de calor. Un lavavajillas, por ejemplo, puede aumentar la temperatura hasta 2ºC. Otro consejo es cerrar las puertas de las habitaciones cuando estos electrodomésticos estén funcionando.