Sufrir golpes de calor o deshidratarse por la pérdida de líquidos son algunos de los problemas causados en épocas de altas temperaturas. En las personas mayores, se multiplican las probabilidades de padecer alguno de estos males en verano. Por tanto, es esencial, como no, aumentar el consumo de líquidos, pero no es menos importante mantener una dieta acorde.
Una alimentación equilibrada, saludable y con alto contenido de líquidos, ayudará a combatir el calor . Les compartimos ocho comidas y algunas recomendaciones para adecuar su alimentación a la época estival.
Para todo ser humano, con independencia de su edad, es providencial mantener una dieta saludable durante cualquier época del año. Pero, en verano, y en edades más avanzadas, debemos prestar especial atención a nuestros hábitos alimentarios.
Las temperaturas altas producen una pérdida considerable de líquidos en nuestro cuerpo y es fundamental mantenernos hidratados. Beber unos dos litros de agua al día e ingerir líquidos frecuentemente es esencial para proporcionar al organismo la cantidad de agua que necesita. Sin embargo, con frecuencia olvidamos que existen multitud de alimentos para combatir el calor que contienen mucho líquido y evitan la deshidratación. ¡Vamos con algunos de ellos!
Tomate. Con un altísimo contenido en agua (93%), el tomate es uno de los mejores alimentos para mantener una óptima hidratación en ensaladas y gazpachos, es rico en vitamina C y constituye además uno de los antioxidantes conocidos más potentes.
Pepino. El pepino incluso supera al tomate en agua, llegando a tener un porcentaje cercano al 97%. También aporta vitamina C y además de en ensaladas, podemos emplearlo para saborizar el agua o elaborar una crema o sopa fría.
Espinacas. Otro magnífico alimento formado en gran parte por agua y rico en vitaminas E y C. Además, contiene potasio, magnesio y fibras, sin apenas sumar calorías ni grasas.
Zanahoria. Crudas, en zumos, ensaladas y cremas, la zanahoria es baja en calorías, contiene vitamina A, fibras y antioxidantes. Un alimento muy refrescante con casi un 90% de contenido de agua.
Sandía. Su 93% de agua y su gran contenido de sales minerales y vitaminas, la convierten en una de las frutas favoritas para el verano. Fresca y baja en calorías, es una de las frutas más beneficiosas para el organismo cuando llega el calor.
Melón. El melón también tiene un gran porcentaje de agua en proporción a su peso. Refrescante y dulce, es una gran opción para hidratarnos en la hora de la merienda con el aumento de la temperatura.
Piña. Una de las frutas más sabrosas y nutritivas es, sin ningún género de dudas, la piña. Facilita la digestión, gracias a su alto contenido en fibras. También aporta potasio, magnesio y otros minerales y contiene aproximadamente un 85% de agua.
Pescado azul. La característica principal del pescado azul es el beneficioso omega-3. Un ácido graso conocido por contribuir a fortalecer el sistema inmunitario. Llegado el verano, el consumo de pescado azul y por tanto, de omega-3, favorece la regulación de la presión arterial. Como sabemos, el calor suele provocar la bajada de la presión arterial. Por eso, pescados azules como el atún o el salmón, entre otros, son muy recomendables para incorporar a la dieta veraniega de nuestros adultos mayores.
Por último, aunque ya hemos hablado de la fibra, los alimentos que la contienen ayudan al buen funcionamiento del aparato digestivo. Así que, es aconsejable incorporar a la dieta legumbres, cereales y frutos secos.