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La edad biológica se puede mejorar, haciendo ajustes en la alimentación y actividad física.
La edad biológica o edad metabólica no la cuentan los años de tu nacimiento. Es la edad de tu organismo, de tus células. La edad cronológica es la que celebras en cada fecha de tu cumpleaños y solamente se cuenta con el paso del tiempo, mientras que la edad biológica depende de factores externos como alimentación, hábitos de sueño, genética, capacidad física, nivel de estrés, entre otros, y puede ser mayor o menor a tu edad cronológica.
Según diferentes estudios científicos, las personas con una edad biológica inferior a su edad cronológica tienen un menor riesgo de mortalidad y de padecer enfermedades degenerativas o crónicas relacionadas con la edad. En conclusión, la edad biológica es el resultado de buenos hábitos de vida.
La buena noticia es que la edad biológica se puede mejorar en cualquier momento de la vida, haciendo ajustes en alimentación y actividad física que cumpla con los requerimientos de las personas. Nunca es tarde para adherir buenos hábitos a nuestra vida, sin embargo, la constancia de estos es lo que nos llevará a una edad biológica óptima.
Si deseas mejorar tu edad biológica, primero debes saber cuál es. Asesórate con un profesional de la salud especializado en medicina del deporte o medicina antienvejecimiento que evaluará tu composición corporal y estado físico. En caso de que sea mucho mayor a tu edad cronológica, el profesional te asignará un plan de alimentación y actividad física acorde para ti pues, como la edad cronológica, la biológica es diferente en todos. Los expertos también sugieren un buen manejo de la salud mental como factor de protección de nuestro organismo. Un cerebro estresado es igual a un cuerpo estresado, por ende, los ejercicios de meditación, la práctica del mindfulness, una buena higiene del sueño, y la terapia psicológica son parte integral de unos buenos hábitos de vida para mejorar nuestra edad biológica y disminuir los riesgos de sufrir enfermedades.
Lo más importante es que no te desanimes ni pienses “No puedo”. Todos podemos ser nuestra mejor versión y nunca es tarde para vivir una vida en balance, armonía y paz.