Lo primero que debemos hacer para tener siempre los pies cuidados y perfectos es prestarles la atención adecuada durante todo el año.
En invierno nos volvemos perezosos. Nuestros pies están siempre bajo la protección de botas o zapatos cerrados por lo que, al llevarlos siempre tapados, les abandonamos a su suerte para tiempos mejores. Pero es un gran error.
Nuestros pies sufren en invierno y en verano. En invierno deben soportar el frío, la humedad, los cambios bruscos de temperatura. En primavera comenzamos a mostrarlos con timidez y según el día «loco» que amanezca pasaremos de la bota a la sandalia casi de un día para otro y a finales de primavera, cuando el sol y el calor empiezan a estabilizarse, nos acordamos de ellos y además esperamos que tengan su mejor aspecto ya que los zapatos cerrados y las botas pasan al armario a esperar el otoño.
Pero ¿si no hemos hecho un mantenimiento adecuado durante el invierno y el comienzo de primavera como vamos a esperar que, el primer día de sandalias, estén perfectos?
Principales problemas que nos encontramos en primavera cuando no hemos cuidados nuestros pies en invierno:
Trucos para tener pies cuidados y perfectos en cualquier época del año
Estos trucos para tener pies cuidados y perfectos son consejos que debemos aplicar en todas las estaciones del año. Si durante el duro invierno eres capaz de mantener cierta rutina con tu pedicura, ya sea en casa o profesional, el primer día de sol que te apetezca liberarlos de nuevo estarán en un estado más que aceptable.
Mantenimiento mínimo ya sea casero o profesional.
En otoño e invierno te aconsejamos que al menos realices una pedicura casera o profesional una vez al mes. Con los primeros días de primavera, aunque todavía no hayan comenzado los días de calor, realiza la pedicura cada 15 días. Una vez instalado el verano te aconsejamos que no te olvides de ellos más allá de una vez a la semana porque en verano al estar prácticamente al aire las 24 horas del día, tienden a resecarse e incluso agrietarse los talones apareciendo estas marcas tan antiestéticas que incluso pueden llegar a sangrar o ser dolorosas y lo que es peor pueden producir infecciones provocando problemas más severos.
En qué debe consistir el mantenimiento diario
Lo primero que debemos tener siempre por norma cuando salimos de nuestra ducha diaria es tener un especial cuidado a la hora de secar bien los pies haciendo hincapié en las zonas de separación de los dedos. La acumulación de humedad puede provocarnos durezas, callos e infecciones.
Si descubres que tienes algún tipo de dureza es el momento de acometerla sin más demora. Utiliza una lima específica para talones y durezas. Posteriormente cierra y cicatriza la piel afectada con una piedra pómez.
Si la dureza es muy grande y dura será necesario cortar la piel muerta y endurecida. Existen cortadores específicos para este fin que puedes encontrar en cualquier centro comercial o tienda especializada pero debes tener mucho cuidado al utilizarlos. Aunque son relativamente fáciles de utilizar, puedes sobrepasarte y cortar la piel sana provocando una herida. Mucha precaución.
Tus pies siempre cuidados y perfectos
A continuación y una vez eliminados con una toalla los restos de la lima, piedra pómez o cortador de durezas, aplicaremos una crema que contenga ácido salicílico, urea o manteca de karite que contribuirán a la estimulación de la renovación celular y mejorará la cicatrización.
Si tus grietas son muy profundas, unos parches con hidro-coloides pueden resultar efectivos ya que ayudan a cicatrizar la zona produciendo la humedad necesaria y a cicatrizar las grietas. Pero para ello la piel que se encuentra alrededor de la grieta debe estar totalmente hidratada.
Si en tu caso no tienes problemas de durezas, grietas o callosidades una vez secada bien la zona, como hemos mencionado antes, no olvides nunca hidratarlos en profundidad. Tu propia crema corporal puede servir haciendo un masaje sobre tus pies hasta su absorción total. Si notas que necesitan más hidratación utiliza las cremas específicas que existen en el mercado. Lo importante siempre es la constancia.
Si aplicas estos sencillos consejos y eres constante tendrás pies cuidados y perfectos durante todo el año.